juan carlos cortes arroyo
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Un lugar que no conocía, a priori apartado, pero q merece la pena conocer.
Buena tortilla,; el bacalao lo sirven de dos formas diferentes - con salsa y con pimientos-, y la carne solo olerla alimenta. Muy tierna . Ideal
Sidrería tradicional con mucho ambiente (por lo que si se busca un sitio tranquilo no es el mejor sitio, pero eso forma parte de su encanto). Se puede probar el bacalao con pimientos y con tomate y merece la pena probar los dos. La tortilla y la txuleta muy bien. Lo que me sorprendió fueron las distintas sidras, que me parecieron especialmente ricas. Está alejada del centro, haciendo que esté en un sitio más bonito y único, pero hace que el camino sea algo más complicado en coche con unas sidras encima, pero tienen buses el fin de semana. El personal muy amable.
El lugar es precioso, un antiguo caserío. Las vistas espectaculares y que decir de su sidra, unas 10 kupelas para probar. La txuleta y el bacalao excelente y el ambiente inmejorable.
Entorno muy chulo, ambiente familiar, comida de calidad, súper bien preparada, la sidra excelente y trato genial, muy muy recomendable
Clásica sidrería en la que cuidan al detalle la calidad de la comida y la preparación, alejándose de propuestas dirigidas a grupos de turistas ignorantes o grupos de jóvenes beodos que sólo buscan emborracharse sin valorar el servicio. Para ir con intención de disfrutar de la comida y teniendo vehículo propio, es un sitio apartado y tradicional.
Local accesible a sillas de ruedas, tronas para niños. Capacidad de unas 150 personas, sidreria familiar con muy buena atención. La tortilla muy buena, la carne espectacular y la sidra está bien, aunque el pasillo es un poco estrecho cuando vas en grupo. Servicio de bus en viernes y sábado. Terraza con vistas preciosas. Un sitio para repetir, sin duda.
Sidrería tradicional, muy concurrida, en un entorno fantástico. Muchas variedades de sidra y excelente menu
Comimos muy bien, la sidra estaba muy rica aunqe un poco lejos de nuestra mesa. Pero tuvimos una muy buena primera experiencia en una sidrería. Quizás la única pega sea el camino para llegar. Una carretera un poco complicada. El camarero era super simpático.
Muy buen sitio. Tienen un bus que te recoge para subir y te llevan de vuelta para que no tengas que coger el coche cuando vayas hasta arriba de sidra.
La carne perfecta, buena cantidad, buen precio y buen trato. No le puedo poner prácticamente ninguna pega.
Rodeado de unos paisajes de enorme belleza y mucha naturaleza. Se come a buen precio y mucha cantidad. En otras sagardotegis nos ha dado sensación de comer menos o sensación de escaso. Buena sagardo! Lo único malo el mal acceso para llegar hasta allí.
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