Sabia que era un restaurante emblemático en Madrid. Gastronomía de alto nivel y servicio cercano (el dueño siempre está pendiente del cliente y se nota) y es muy profesional. El jardín es súper agradable y el ambiente excelente
Imprescindible conocer la cocina
Carta corta con trato exquisito al producto
Un veterano d La Capital de visita obligada
La terraza con el buen tiempo es mágica
Virginia Romero Manzano
+5
Q buenos tooodos los platos!! La ostra frita, maravillosa. No hay q perderse la tortilla vaga y la raya a la manteca negra.. de vicio. Lo único, el postre, q no me gustó tanto, pero claro, a esas alturas estaba tan llena...
Todo en Sacha es un disfrute. La atención tan personal y el mimo en los detalles es marca de la casa, que con su aspecto sencillo genera un ambiente elegante y una atmósfera relajada.
Sacha... un clásico de Madrid.
Buen producto , servicio y ambiente.
El único pero y que ya se están pasando un poco, es cobrar por un cubierto 5€.
¿Dónde vamos a llegar ?
Restaurante imprescindible.
Lleva más de 50 años abiertos y si se puede definir con una palabra sería el producto.
La calidad y los sabores que consiguen son increíbles.
La falsa lasaña de txangurro es una pasada, deliciosa. Esta era nuestra tercera vez en Sasha y siempre la repetimos.
Las kokotxas a la importancia, increíbles.
El steak tartar está riquísimo, aunque en este caso no de nuestros favoritos, nos suele gustar algo más potente, este está más suave.
Y siempre cerramos con la tortilla vaga, que es el top en Sasha, hay que probarla!
Un sitio para repetir siempre, necesario reservar con tiempo ya que suele costar encontrar sitio.
Restaurante Sacha es un templo de la gastronomía, viva historia de la ciudad de Madrid.
Entre tanta apertura y novedad, a veces nos olvidamos de volver a los restaurantes que son los pilares de la gastronomía. Si no lo conoces aún, no busques más, este es el “must” de la temporada, y de todas, desde el año 1971.
Nosotros nos dejamos llevar por sus recomendaciones y tomamos:
1.Salpicón de bogavante (o de lujo como ellos lo llaman)
2.Falsa lasaña de txangurro
3.Chipirón de anzuelo con su tinta
4.Bonito en escabeche
5.Tortilla vaga
6.Tarta dispersa
7.Café Irlandés
Todo son elaboraciones impecables con el mejor producto de temporada y la maestría de un equipo de profesionales, que te hacen sentir como en casa de principio a fin, y que han alcanzado la excelencia en su máxima expresión.
Por algo es el restaurante preferido de los chefs y gentes de buen comer.
Tienen una terraza ajardinada para las noches de verano que es una auténtica delicia!!
Fuimos a cenar un amigo y yo en un viaje que hicimos recientemente a Madrid. Toda la comida espectacular.
Ana Belén González Pinos
+5
Todo en Sacha es magia. Cualquier producto en sus manos toca el cielo, sin mucha elboración logra que cada bocado sea una maravilla.
En verano imprescindible su terraza (por las noches a no ser que no haga mucho calor y también se pueda al mediodía). Carta de vinos de pequeñas bodegas que hay que probar y algunos clásicos que nunca fallan. Totalmente recomendable!
Lo mejor, ponerse en sus manos . Sienténse y disfruten!
Un sitio que mantiene su tradición. Toda una sorpresa, la calidad del producto y la atención son impecables. El caldo, la raya, lo mejor que he comido. Lo único que me decepciono fueron las cocochas, no se si no era el día, pero tenían poco sabor.
El postre de la casa también muy bueno.
Sin duda, un sitio para volver una y otra vez. Gracias.
Fuimos a comer 3 personas. Comimos en la terraza, el lugar es súper acogedor, una terraza en mitad de Madrid que es un remanso de paz. El personal muy agradable, quizá el trato demasiado para mi gusto, pero esto es algo particular que en nada lo desmerece.
Los tiempos entre comidas quizá un poco largos, que no se notan siempre que haya buena conversación 😉.
En cuanto a la comida, en resumen está buena. Los especiales suyos son espectaculares (la tortilla vaga, la falsa lasaña de txangurro...), pero el resto de la comida está buena pero no es algo que no hayas probado nunca (si te gusta comer bien e ir a sitios bueno) y es algo caro para la cantidad.
Repetiría para ver el lugar por la noche que debe ser increíble y tomar de nuevo la tortilla y la falsa lasaña, pero no por nada más.
De todas formas la experiencia ha sido muy buena.
Empezar con los mejillones fue la mejor recomendación de la noche. Tantos plantos que no pudimos probar pero aún los que si llegamos a probar estaban tan deliciosos. La falsa lasagna y la raya queimada sean los dos mejores platos en Madrid. Y el postre blanco y negro lo pedimos otra vez. Muy recomendable. Un poco escondido en un callejón.
Sitio muy acogedor, buen producto, servicio agradable y carta sencilla pero con un buen toque. Repetiré seguro. El salpicón fue lo que más me gustó, pero el resto de platos y el postre, las feilloas, tampoco están nada mal. Godello más que aceptable.
Siempre un deleite para el paladar. Servicio excelente y materia prima de calidad. Se nota que los platos están hechos con mimo. El salpicón de bogavante espectacular. Las alcachofas fritas de locura. Probé por primera vez el tuetano al horno que te acompañan con solomillo. Sin palabras. El bizcocho de yema riquísimo. En fin. Apuesta segura.
Sin duda, el mejor restaurante de Madrid discreto, pequeñito con altísima calidad que cada vez que vas, te sorprende por la noche mágico y por el día altísima mente recomendable
![5]( "Recensione")
En mi primera visita se ha convertido en uno de mis sitios favoritos de siempre. Cocina y servicio clásicos de los que se echan ya de menos. Nos abrieron la puerta al entrar y al salir. El servicio impecable. Las elaboraciones espectaculares, todas. El producto de primera. Los precios del vino varían mucho con respecto al precio de compra en calle dependiendo de la botella, es algo que vigilar.
Empezamos con una de navajas con alioli de ajo asado muy buenas, hermosísimas, seguimos con media de falsa lasagna por cabeza, y luego el principal.
Los pescados en su punto PERFECTO, y el tuétano asado, jugosísimo, al que acompañan con un poco de solomillo de primera calidad.
Los postres los pedimos ya por gula, pero qué gran elección. La "tarta" dispersa es de los mejores postres que he probado, sin abuso del dulce y unos sabores lácteos geniales. El helado de violeta muy suave y agradable. 195 euros, 3 personas con una botella de vino y cafés.
No es algo que nos podamos permitir a menudo, pero hemos salido más que satisfechos. Nos ha merecido la pena totalmente. Volveremos.
Un clásico imprescindible en la gastronomía española: cocina, producto, servicio, ambiente... El sitio perfecto. Algunos platos: salpicón de bogavante, falsa lasagna de changurro, cocochas al pil pil con patatas importancia, tortilla vaga, oreja,...
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