Un lugar acogedor y situado en el centro de Santo Domingo de la Calzada, al lado de la Catedral y de su torre exenta. Zona peatonal por donde se puede acceder a la zona monumental.
El Parador está decorado en estilo rústico y del siglo XIX, en los antiguos pabellones de caza. Visitado por numerosos peregrinos extranjeros. El comedor sobrio y no recargado. Durante dos días el menú de la cena se repitió pero la comida, en general, bien.
El personal muy atento y amable, siempre intentando ayudar.
Hay aparcamiento interior, a 16€ la noche, y exterior a 8€ la noche, en mi opinión un poco caro. No es de los Paradores más lujosos pero adecuado al entorno.
Ubicado en el centro del pueblo, enfrente de la catedral. Maravilloso. Habitación correcta pero más pequeña y el baño también muy pequeño comparado con otros paradores. El edificio muy bonito para visitar. El desayuno flojo, con diferencia de otros paradores.
Un lugar histórico para perderte en el pasado, en pleno centro de una villa que rezuma historia en cada edificio.
Habitaciones amplias y limpias, un servicio amable y atento.
El restaurante 🍗🍗 con platos típicos de la tierra, con el servicio 💯💯💯 y buena relación calidad precio, puede parecer un poco caro, pero dado el lugar y el servicio es un precio más que aceptable.
Victorino Martin Pardillo
+4
Parador muy céntrico, enfrente de la catedral. Bonito, bien cuidado, y con buenos servicios. La cafetería es ideal para picar algo o tomar unas raciones. El desayuno excelente. Muy recomendable
Un descanso excelente en el Parador de Santo Domingo de la Calzada después de un día de turismo por La Rioja. Es una ciudad muy interesante por su historia unida al Camino de Santiago y también por sus monumentos.
La entrada a la sala principal del Parador, antiguo hospital de peregrinos, es impresionante. El trato y los servicios, como siempre, excelentes.
El lugar es muy bonito y con excelente ubicación. Nos encantó el restaurante donde comimos muy bien y con una atención de primera.
Paramos de paso, a comer, esta bien, sitio bonito en edifico histórico, restaurado con mucho gusto, en pleno centro de esta antigua ciudad. PERO HAY ALGUNA CONTRADICCION, SI VAS A COMER PUEDES APARCAR GRATUITAMENTE, PERO SI ESTAS ALOJADO TE COBRAN EL APARCAMIENTO. Tenemos reservada una semana de alojamiento, y no es comprensible esa situación. a lo mejor si comemos en Parador, aunque estemos alojados, si se puede aparcar gratis. Deberían explicarlo mejor o informar las razones, que la persona de recepción no nos supo decir.
Como amiga de los Paradores que soy tengo que decir que el trato estupendo el servicio lo mismo, unas personas muy amables, el sitio inmejorable, en pleno centro junto a la Catedral.
Se cena muy bien productos de calidad y bien cocinados.
Que más se puede pedir ?
Pues visitenlo sin falta.
El personal fue súper amable, nos recibió un chico que no recordamos el nombre, nos explicó todo con detalle sobre el pueblo, historia, paradores…
La habitación súper amplia y el baño también. Algo que no nos gustó fue que no había calefacción en el baño, o no iba.
Bonito edificio en pleno centro, con una ubicación ideal. Habitaciones cómodas y confortables. Personal eficaz y muy amable. Todo ello nos hizo disfrutar de una estancia muy agradable.
Es muy bonito, la ubicación es perfecta, al lado de la catedral.La decoración de la habitación muy sobria pero es lo que le pega .Cenamos de lujo ,con el menú parador,y el buffet del desayuno muy bueno también.Estancia agradable.
Los paradores siguen sin defraudar. La noche no fue demasiado cara, y la habitación excelente. Los dos edificios impresionantes. La cena bastante cara, pero de altísima calidad. Y el trato del personal exquisito.
Seguiré yendo a Paradores cuando pueda.
El mejor establecimiento, de los 3 visitados, en nuestro último viaje por paradores, los otros fueron, Olite y Hondarribia, la habitación además de amplia y comoda, tenía vistas, nada menos que a la plaza principal, justo enfrente de la catedral, la cena magnífica, el desayuno a la par, y el servicio fenomenal. Mencionar a Estefania por su espontaneidad y Marta, por su saber estar, también la persona que nos atendió en recepción tan simpática. Recordar la cena, los pimientos rellenos, tan sabrosos, el bacalao, las riquisimas patatas riojanas y los claretes que me ecantan, y como guinda a todo ello el gracejo de la venezolana.
Imposible estar más en el centro de un municipio. En la línea de excelencia de Paradores. Si bien el edificio por fuera no es un espectáculo a la vista, su interior sí.
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