Eramos 3 fuimos a tapear por la noche, el lugar es super bonito con muy buena música, lo mejor es reservar porque no es muy grande y se llena pronto. De beber tomamos vermut casero, muy rico de sabor y no tan amargo, unas buenas aceitunas, refrescos y una copa de Tarima Hill blanco Chardonnay que estaba buenísimo. Para picar pedimos dos raciones de tortilla, poco cuajada y super sabrosa, nos encantó. Un hummus de remolacha que viene con zanahorías para dipear y unos triángulos de algo tipo tortilla mejicana, el sabor muy fresco y bueno. Luego unas patatas con jamón serrano, huevos y pimientos del padrón (yo no las comí pero la pinta era estupenda). Por terminar unas quesadillas con miel, mozzarella y sobrasada que están de muerte, y otro acompañante tomó un entrepan de ternera, canonigos y más ingredientes que se me escapan ahora, pero tenía un aspecto delicioso. El ambiente es muy chulo y animado, la atención estupenda, el que supongo que es el dueño, muy simpático y atento, nos ha explicado super bien la carta. Gastamos alrededor de 15€ por persona repitiendo bebida algunos, la comida es casera con un toque original y tiene buena carta de vinos y cervezas, nos gustó mucho la música también y seguro que haremos otra visita para probar más cosas.