Personal muy agradable y atento, sitio muy recomendable sobre todo si hace bueno y se puede aprovechar la terracita!!! Buenos bocadillos y buen de precio!!
Fácil acceso para personas con movilidad reducida por la puerta trasera- avisando siempre ayudan!
Terraza súper acogedora, apartada de todo y tan grande que ya puede estar llena, que poco vas a oír a otra gente. Además, hoy he probado los pinchos (que en realidad son señores bocatas con todas las letras), que están espectaculares, y por menos de lo que pagas en muchos sitios por un refresco o una cerveza.
Se trata de un restaurante muy peculiar: Para empezar, está en un primer piso, lo que le resta accesibilidad, al no contar con escaparate alguno a la calle. El comedor tiene un indudable encanto, con paredes forradas en madera y apliques. Yo sugeriría cambiar las bombillas, de luz blanca, por un tono más cálido (fallo frecuente en hostelería). Comida muy rica, muy abundante y en mesas espaciosas. Ah, y el precio, genial. Tiene bar y terraza en el patio posterior.
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