No hay verano sin sus deliciosos helados, granizados o batidos. Los dueños son encantadores, la atención es buenísima y aunque echo de menos que haya servicio de terraza (con camarero) me encanta sentarme allí en buena compañía a disfrutar de sus productos ❤️

Como amante del helado, he tenido la oportunidad de probar muchas variedades en diferentes lugares, pero mi visita a la heladería Lillo Picó en Badalona fue verdaderamente inolvidable. Desde el momento en que entré, fui recibido con una cálida sonrisa y un ambiente acogedor que me hizo sentir como en casa. Tras hojear el amplio menú de sabores, me decidí por la tarrina de helado de chocolate de la variedad oro. Y ¡wow!, estoy encantado de haberlo hecho. El helado era simplemente sublime, con una textura suave y cremosa que se derretía en la boca. El sabor del chocolate era intenso y rico, realmente podía percibir la calidad de los ingredientes utilizados. La variedad de opciones disponibles en Lillo Picó es impresionante, con más de 70 sabores para elegir. Definitivamente, volveré para probar más delicias heladas en futuras visitas. Además de los helados, también tuve la oportunidad de probar su horchata y leche merengada, ambas bebidas refrescantes y deliciosas. Mención aparte merece el servicio al cliente. El personal fue amable, atento y conocedor de los productos que ofrecían. Me brindaron recomendaciones personalizadas y respondieron todas mis preguntas con entusiasmo. La heladería Lillo Picó es una joya en Badalona, con una tradición que se remonta a 1953 y con el dueño siendo uno de los fundadores de La Jijonenca. La combinación de sabores excepcionales, calidad artesanal y un ambiente acogedor hacen de este lugar una visita obligada para los amantes del helado. En resumen, mi experiencia en la heladería Lillo Picó superó todas mis expectativas. Si estás buscando una experiencia de helado inigualable, no puedes dejar de visitar este lugar. ¡Altamente recomendado!