Siempre todo delicioso. Se nota que lo hace con todo el cariño y amor del mundo. Sitio tranquilo sin pretensiones estéticas. Para comer y siempre bien . 👌
Al atravesar la puerta es como salir de la ciudad.
Nada más entrar me llamó la atención la cocina abierta con las diferentes ollas al fuego y un olor a comida de la yaya que es tan difícil olvidar. Se respira tranquilidad y las prisas se quedan fuera.
La dos chicas súper atentas y simpáticas. Un trato muy familiar. Da gusto ser atendido con tanta naturalidad, amabilidad y cercanía.
La comida está rica, consta de 3 platos.
El día que fui el menú era una crema o sopa (o mezcla de las dos), un principal con ensalada, verduras, legumbres, cereal y a escoger entre albóndiga de tofu o empanada de espinacas. Y de postre compota de manzana o yogur de soja o mezcla de los dos.
En el principal tuvimos la mala suerte que la empanada estaba en el horno y nos dijeron que la traerían en 5min pero fueron unos 20 minutos después (hay que dejar las prisas en la puerta).
El menú son 18€. Creo que es algo caro para el menú en su conjunto. Aunque al ser un local tan pequeño con muy pocas mesas es posible que si fuera menos no saldría rentable.
Lugar entrañable que merece al menos una visita pese a que el calidad precio considero que es caro.
Joya del barrio. Toda la comida es exquisita y tiene ese sabor que cuesta encontrar cuando comes fuera de casa: casero y hecho con cariño. Cuando sales de allí te sientes bien porque te has alimentado y cuidado.
El local es pequeño y siempre preferimos reservar.
Ofrecen tres opciones diferentes según el apetito y el bolsillo. Opción completa es un entrante que suele ser sopa de miso o crema de verduras, el combinado del día (con legumbres, arroz integral, ensaladas y verduras cocidas, además de la preparación del día: pescado, proteína vegetal o unas empanadas de verduras tremendas!) Por último el postre, sencillo y con pocos ingredientes.
Si quieres una opción más económica se puede quitar el entrante y el postre, con el plato combinado ya has comido bien.
Lo único malo para nosotros por horario de trabajo es que no abre ni los fin de semana ni noches y lo podemos disfrutar muy pocas veces.
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