Me encanta este lugar, mi favorito del barrio. La comida es casera y deliciosa, con buena variedad y precio razonable. Lo mejor es la atención son muy atentos y amables. El entrecot es espectacular y la carrillera me encantó. Para volver una y otra vez.
Desde luego, si estás de paso por la zona, o trabajas en una de las oficinas cercanas y quieres comer de manera puntual bien y a buen precio, es el sitio idóneo.
La comida sin ser espectacular cumple con el precio, las cantidades están muy bien, y el trato de los camareros es impecable.
El único defecto, por llamarlo de alguna manera sería que existe demasiado ruido ambiente, pero es algo que de todas maneras viene implícito en este tipo de lugares, donde todo va a toda pastilla y entre los clientes se respira un ambiente relajado.
Regresamos a Barcelona después de muchos años, teníamos en la cabeza regresa a este sitio y lo hicimos más que nada por los púlpitos a la plancha, 100% recomendable, es un entorno muy tranquilo, lugar acogedor, personal profesional, no se puede pedir más...... regresaremos :).
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