He estado sólo dos veces en Can Violí. Con una amiga y sola. Nos encantó.
El restaurante tiene un menú muy bueno al mediodía y la posibilidad de un plato o fórmula especial, además de carta. Nos decantamos por el menú. Deliciosa sopa de cebolla, riquísima lasaña otoñal, muy buen arroz, el mar y montaña nos gustó mucho. Buen pescado. Pedimos vino y postre, un higo bañado en chocolate con un toque del cocinero que lo hacía excelente. La segunda vez que fui sólo pude probar las trufas. ¡Deja sitio para el postre!
Bonito emplatado, buen servicio por parte de las camareras y el propietario. El local tiene un encanto especial y una decoración de casa antigua.
En conjunto, muy recomendable. Con ganas de volver con más amigos para la cena y pronto para el menú del mediodía.
Pequeño restaurante en una bonita plaza.
Cenamos muy bien. Tienen una carta muy original y todo estaba muy bueno.
Tiene un buen servicio. Son amables y eficientes.
La relación calidad-precio es buena.
Esta en una plaza tranquila, donde apenas pasan coches. Alguna vez nos hemos encontrado grupito de papis con niños-bebés (bastante ruidosos…)Tiene una terraza muy agradable para tomar un cafetito, refresco o cervecita. Tienen una amplia carta de vino (pero no conocía, me aventuré a probar, pero sin éxito, la copa ronda unos 4€..) la comida no hemos probado aún, pero alguna ensaladilla rusa que veía sacar tenía muy buena pinta…
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