El ambiente muy agradable y la comida deliciosa. Probé la ensalada de queso de cabra y la bomba, increíbles sabores. Para mí amiga que no puede comer gluten, el bocadillo de pollo asado con el pan que requería. El servicio muy amable y atento en todo momento.
Volví y esta vez probamos la ensaladilla rusa con sardina ahumada, las croquetas de jamón ibérico y las patatas bravas; además del cheesecake para postre. Y todo increíble
Restaurante bonito y acogedor con buen ambiente y una carta de comida catalana tradicional e innovadora a partes iguales con una filosofía de trabajo que apuesta por el comercio justo y de proximidad.
En definitiva, una experiencia agradable y con ganas de volver a repetirla.
Recuperan la auténtica cocina barcelonesa de la mano del chef Sergi de Meià. El recetario tradicional puesto al día con los mejores productos de proximidad para disfrutar de una experiencia Slow Food.
No os perdáis sus postre el Músic 2.0 con crema catalana, 'mel i mató' y frutos secos, muy bueno.
De entrantes nos encantaron también el steak tartar de ternera eco con patatas fritas y la Brandada de bacalao con hinojo.
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