Destacar por encima de todo a Carlos y Fernando, quienes nos hicieron pasar una velada muy agradable. Carlos es encantador y es muy agradable poder mantener una conversación con él. Fernando muy atento y agradable y gracias a él probamos la cheesecake de pistacho.
De la comida destacar las croquetas y el bikini trufado. Los tacos de atún no nos convencieron, lo encontramos demasiado hecho para nuestro gusto.
El único punto negativo que encontré es que la copa de vino me pareció excesivamente cara (5€).
Reservé para una cenita de pareja por celebración de aniversario. El sitio precioso, tranquilo y la luz tenue como me gusta. La comida exquisita, las croquetas increíblemente buenas y caseras. El meloso de ternera y la pata de pulpo, excelente 🤩 y el camarero un encanto, súper simpático y cercano ♥️ sin duda volveremos y probaremos más cositas 😋
Una terraza espectacular, tranquila, servicio excelente, y calidad de comida, suprema.
Pero el postre llamado Ningonyaki ha sido de los mas espectaculares de mi vida. Pruébalo, no lo dudes.
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