Llevamos unos cuantos años yendo. La comida es espectacular, sobre todo los arroces. Nos encanta ir ya sea con familia y con amigos.
Trato muy cordial y siempre atentísimos con nosotros.
Es un restaurante mítico de la costa del sol. Es de los pocos sitios que son especialistas en platos de cuchara. Yo desataría las almejas a la marinera, la berenjenas y el gazpachuelo. El dueño lo
Tiene puesto a la venta porque se quiere jubilar, esperemos que no lo cierren porque es un auténtico templo y de los pocos restaurantes antiguos que han mantenido su esencia.
Primera vez que comemos ahí a pesar de estar muy cerca de casa. Todo muy rico, pedimos sobre todo pescaíto frito, muy bien de sal que se agradece (hacía tiempo que no me comía unos boquerones tan buenos). Además pedimos el arroz negro que estaba muy bueno y su Ali Oli casero super bueno.
Además el trato fue súper bueno, destacar una camarera que fue súper simpática y muy atenta. Repetiremos!
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