Una ubicación mágica en plena costa alicantina, a no más de hora y poco de Valencia y 30 minutos de Alicante.
Desde la terraza del local se ve el mar como si estuvieras dentro. Una auténtica pasada.
Quiero destacar también la maravillosa atención que nos dieron. Amables desde el principio hasta el final.
La ubicación y las vistas muy buenas. El servicio bien, sin más.
Una pena que no tengas acceso a la piscina habiendo comido allí, tendríamos que abonar 20€ por persona (me parece algo desorbitado). No volveremos pero la comida estaba bien.
Escepcional! Recomiendo 100%. Hacia años que no me servían tan bien. Trato cercano amable y con una sonrisa permanente. La comida muy buena y generosa en cuanto a la cantidad, sobró paella que estaba buenísima y repetimos. La tarta de manzana de postre una delicia. El local y ambiente inmejorables en la terraza con vistas al mar.Fuimos un grupo de casi 30 personas diversas y salieron todos satisfechos. Disfrutamos mucho. Gracias.
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