Local acogedor y bien decorado. Personal muy atento y amable, sirvieron todo muy rápido. Hemos pedido el guacamole y estaba espectacular, se notaba que era casero y los totopos estaban riquísimos también. Los fingers de mozzarella venían acompañados con una salsa dulce y estaban muy buenos, aunque llenan bastante.
Las hamburguesas tenían muy buena pinta, la carne parecía de calidad y el pan de las hamburguesas era tipo brioche, pero un poco mas consistente, estaba muy rico. Yo me he pedido la Green Burger y estaba riquísima. Todas las hamburguesas venían acompañadas de una ración de patatas generosa y con sobres de ketchup, mayonesa y mostaza. El precio por persona no ha llegado a 25€.
Si no le he dado 5 estrellas, es porqué he echado en falta alguna opción vegana más y por el precio de algunas hamburguesas, que me parecía un poco elevado.
En principio la comida muy rica, pero creo que los precios empiezan a ser abusivos en este tipo de hamburguesas. Probamos la tokyyo o algo así (no estaba en la carta, la tenía en un cartel) y la mezcla de sabores muy buena y suave, entra genial. Luego, la otra muy explosiva y buena. Las patatas ricas. No pedimos postre por los precios.
Los entrantes bien, los finger de pollo estaban buenos. Las hamburguesas estaban bien, la texas tenia unos sabores interesantes, aunque me hubiese gustado que me la hubiesen servido al punto se pasaron en el punto de la carne y estaba un poco seca. Los postres, la tarta nocilla, no es mi estilo igual demasiado sabor a nocilla. La tarta de queso pasable. Yo tengo la sensación de que no son caseras, hechas alli,sino compradas. Volveré porque quiero pobrar una hamburguesa menos hecha y diferente, para intentar mejorar mi experiencia.
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