Fuimos a picar algo para cenar, improvisación total, y comimos unas zamburiñas riquísimas. Además, tuvimos la suerte de probar una rosca recién hecha que estaba buenísima. Nunca antes había probado una "sin maquillar"... pero a partir de ahora me quedo con lo natural.
Buen restaurante nos encontramos si nos pasamos por Blimea. Una carta abundante, económica, y variada. Los escalopines de pollo quizá sea el plato que más flojea, con algunos trozos algo más duros que otros. Eso sí, no por ésta razón el plato fue malo, ya que la carne estaba bastante buena. Las patatas, naturales, como cualquiera cabría esperar. Las gambas, muy buenas, y la ración, considerable.
El sitio, bastante bien cuidado, y aunque sí que es cierto que el paso de los años se puede notar, (por ejemplo, que la cuenta viniese escrita a mano), aún tiene su encanto.
Visita recomendada si estás de paso, de los mejores sitios por la zona.
Atenea Mercería Creativa
+5
Que maravilla de comida y que atentos los camareros. Muy recomendable.
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