Salir temprano en invierno con la moto supone pasar un poco de frío. Es imprescindible parar a tomar un buen desayuno para restaurar el calor corporal.
El local estaba muy concurrido y cogimos mesa a lo justo. Esto es señal de elección correcta, pues goza de una buena clientela.
Mollete con jamon, tomate y aceite. El café cortado, fuerte, muy caliente y con mucha espuma, como a mi me gusta. El servicio rápido y eficiente, y el precio, contenido.
Uno de los molletes más buenos que me he comido. Merece parar en este lugar pequeño y sencillo donde se desayunan auténticos manjares. Maravilloso.
No es la típica venta que te esperas en la sierra pero tampoco está mal. Comida típica de cualquier bar buena y barata. Las croquetas y la ensaladillas las recomiendo, las huevas son las típicas del supermercado que venden en barra. Precio de verdad barato
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