La comida exquisita. Alguna ración un poco corta, pero en general todo perfecto. La atención de los camareros muy buena, y aunque entre plato y plato tardaron, no nos importó porque estábamos a gusto y la comida merecía la pena.
Pedimos el postre y después de 30 o 40 minutos esperando, decidimos pedir la cuenta y nos traen el postre, al cual ya nos negamos y pedimos la cuenta. Teníamos la reserva a las 14:15 y salimos sin postre y sin café a las 17: 00. La mesa de al lado entraron a las 15:00 y a la misma hora estaban ya con el café. Nos fuimos sin tomar el postre ni el café. Es una pena que por este detalle hayan fallado. Ni siquiera una disculpa. Lo dicho, una pena. De todas formas le pongo la buena puntuación por la comida y el ambiente, por el servicio.
Encontramos este restaurante visitando el pueblo de Cartes y vimos que tenía una recomendación de la guía Michelín y un sol Repsol, así que debemos probar y elegimos el menú degustación.
Los entrantes muy buenos, del plato principal, nos quedamos con el bonito y de postre el helado cremoso con fresas.
Bien atendidos y amables.
Un restaurante que merece la pena visitar. En un entorno de cuento, cómo es el pueblo de Cartes, se encuentra este establecimiento muy acogedor. Coqueto.
Buena atención, con recomendaciones y amabilidad.
Una carta muy apetecible, con platos elaborados y títulos muy interesantes.
La carne muy rica.
El steak tartar súper recomendable, al igual que el guiso de oreja y bogavante. Insuperables.
Poco recomendable el postre de Sobao y café, sin una elaboración destacable.
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