Un gran restaurante con muy buenas vistas en el puerto de ciutadella. El personal es muy agradable, especialmente el empleado de puerta y el camarero de gafas, que nos atendieron excelentemente. Comimos gambas al ajillo y arroz negro, ambos platos muy buenos y en buena cantidad. Sin duda repetiría.
En el menú de 30€ por persona, el primer plato es simbólico, la ensalada de queso de Mahón era muy escasa y las croquetas de pescado estaban muy buenas, el arroz caldoso de bogavante muy muy bueno y cocinado en su punto, para 2 personas la cantidad de arroz da para repetir.
Éramos cuatro personas para comer. La atención muy buena, nada lenta y sobre la elección de la carta, recibimos muy buenos consejos en los que pedimos caldero de bogavante, navajas, pulpo (muy normal) y unos gambones muy ricos.
Sangría de cava muy buena y el vino de la tierra igual.
De postre, pomada menorquina!
Además le pedimos que nos recomendara para movernos por la isla, y nos dio muchos y buenos consejos.
Volveremos!
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