El restaurante eleva la elegancia de una zona puramente turística. Comer en la terraza es toda una experiencia, relajante, con esa música de fondo, el mar delante y esos asientos tan cómodos. La sombra viene acompañada de una rica brisa. Una experiencia inigualable.
La comida nos gustó mucho y el precio fue muy razonable. El trato de los camareros exquisito. Repetiremos seguro.
Restaurante turístico en el que la comida no es nada del otro mundo pero a buen precio
• Comida: no está mal pero sin tener grandes expectativas. Me pedí un cocktail de gambas, no estaba mal. Y queso camembert fritos, que estaba un poco seco para cómo suele ser.
• Calidad-precio: bien, me ha parecido bastante económico. Por 1 agua, el cocktail de gambas y el queso frito pagué 18€.
• Local: es bonito y tiene una terraza con vistas. Para aparcar es fácil, hay un parking público y abierto en la parte trasera de la calle.
Lo recomiendo si buscas una alternativa barata.
Nos ha gustado mucho a mi familia y a mí, los platos son grandes, muy variados y super bien de precio. Hemos ido tres veces en total. Lo mejor son los camareros, son muy amables. El que es más joven además fue muy detallista y cuidadoso a la hora de servirnos. Espero volver a la isla y poder visitar el restaurante de nuevo ❤
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