La comida es mejorable, el servicio de camareros es rápido. Los pimientos fritos que pedimos eran pimientos de asar, no tenía nada que ver con lo que es un pimiento frito. La caballa en adobo no la recomiendo y el gallo nos cobraron una pasta y ponía que era una ración y era solo un trozo de gallo con millones de patatas fritas.
Los señores de Google están obsesionados en que yo he estado aquí y para no desilusionarlos pues ahí va: anduve yo por el barrio de la Viña buscando el concurso de coplas carnavaleras de la Viña y ahí estuve para ver al coro Gran Reserva, la chirigota Los quemasangre y el coro Los del patio. Curiosamente estuve ante el Restaurante la Viña y cuando quise ir a cenar, ¿fui al restaurante la Viña? Pues no, fui a otro pero el tiempo me ha enseñado a no llevar la contraria a un robot y menos si es de fabricación americana. Mira Donald Trump que con el de Corea del Norte empezaron tan mal y desde que el coreano le trata bien y le da la razón van a acabar siendo uña y carne. El de Corea se pide ser carne!!!
Tardaron un poco en cobrar, pero por lo demás, perfecto. Tuvimos la suerte de que un espontáneo se arrancó por soleares cosa que hizo redonda la estancia.
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