Benigno Rodríguez Payo
+5
No soy de dejar opinión, porque me parece que es algo muy personal, pero en este caso, creo que tengo que hacerlo. El establecimiento nos lo recomendó el personal del hotel, incluso algunos platos, y sin haber consultado internet, nos decidimos a ir. El resultado, lo que trataré de exponer: el local, muy acogedor, típico y cálido, por poner una pega, incluso si te tocan vecinos de mesa un poco escandalosos, el ambiente sigue siendo bueno y cálido .
El personal, de 10, muy agradable y profesional, en todo momento estuvo pendiente, aconsejaron y sirvieron rápido.
Lo más importante, la comida, estaba más que buena, estaba sabrosa, en su punto exacto y sobre todo se veía que era casera y hecha por un profesional. Por destacar, el salmorejo, de 10, el rabo de toro, las patatas … de todos los platos que probamos en 2 ocasiones que fuimos, a cuál mejor.
Sin duda, la decisión fue acertada, y sin haber visto reseñas anteriores.
No es un restaurante de cocina moderna, pero si de calidad, además de estar a un precio más que acertado.
Agradecer el trato del personal que así, dan ganas de repetir
Parada obligatoria en el precioso barrio de San Basilio. Fabulosa casa de comidas con una magnífica cocina tradicional. Productos de la tierra, de calidad y elaborados de manera impecable. Nos encantó todo lo que probamos. El servicio fue muy amable, profesional y cercano. Repetiremos seguro, muchas gracias.
Alberto Sánchez Murillo
+5
Cuando todo el mundo te recomienda un sitio no puedes dejar que te lo sigan contando...
Nada más llegar te encuentras con un ambiente super relajado, todo el personal está contento y sonriente. Eso se nota y ya te va anticipando lo que viene.
Como queremos llegar a los postres, nos pedimos media de ensalada, media de alcachofas, media de rabo y media de manitas.
Todo un acierto que nos ha dejado probar una muestra de la cocina.
El servicio super rápido y atento en todo momento. Un detalle que nos ha parecido bonito es que dejan una tarjeta con el nombre de quien te ha atendido.
Después del café nos han ofrecido una copita de vino dulce.
Como le hemos dicho tanto a Ana como a Enrique, de ahí sales con una sonrisa.
Muchas gracias
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