Espectacular, solo puedo decir eso. Estuvimos sentados en la parte de arriba, en plena semana santa. Tuvimos que reservar por si las moscas, pero el trámite no podía ser más sencillo. Una vez allí, el cuidado de los camareros por todos los detalles, la carta de comidas tan completa y la buena carta de vinos hicieron el resto. Pedimos menú, que estuvo excelente. Reseñar a Maite, que tuvo un trato con nosotros desde el inicio, hablando en castellano (porque no somos catalanes), hasta el final, inmejorable. La verdad es que lo recomiendo 100 por 100.

RESEÑA 2 sobre el AMPURDAN Gerona ESTA RESEÑA ES VERDADERA Y ESTA BASADA EN MI EXPERIENCIA PERSONAL. GOOGLE LA BLOQUEO DEBIDO A LAS FOTOS QUE INCLUI DE UNA ESPECTACULAR ESTATUA FIGURATIVA QUE HAY EN EL PUERTO, CONFUNDIENDOLA CON UN DESNUDO DE CONTENIDO INAPROPIADO. HE QUITADO LAS FOTOS PERO PIDO A GOOGLE QUE REVISE ESTOS CONTENIDOS QUE CONFUNDEN EL ARTE CON OTRAS COSAS Lo buscamos por Maps y nos gustó el aspecto de las paellas y lo cierto es que nos apetecía una buena paella por lo que decidimos reservar, porque la experiencia nos dice que es mejor. Aparcamos en el enorme parking de la entrada al pueblo de Port de la Selva y nos dimos pasito hasta el restaurante que está a unos minutos. Nos gustó su aspecto y que se viera el mar desde la terraza. Nos dieron mesa y mientras esperábamos empezamos a dudar de nuestra opción inicial de paella porque en las mesas y en el servicio de camareros, veiamos suculentos platos ir y venir que despertaban más aún nuestro apetito. Estuvimos pensándolo y finalmente pedimos la paella de inigualable aspecto que también vimos en otra mesa. Pero no nos conformamos con eso. Para la espera del plato principal, pedimos unas Vieras que como se ve en las fotos, son espectaculares, y en el paladar aún más. La espera fue relativamente corta (una paella) y vino el esperado plato. No nos defraudó. Espectacular y rica en todo. Arroz en su punto justo, sabor marinero auténtico y sus gambas, mejillones, etc en justa abundancia. Fue un delicioso festín que acabó en un típico postre de la zona: crema catalana que en esta zona está sublime siempre y no me cansaba de repetir. Si los platos estaban a un nivel muy elevado, la atención del personal no lo fue menos; amables, eficaces, solicitos y serviciales, y sobre todo aportando buenos consejos para ayudarnos a elegir mejor. Familiaridad y amabilidad sería las palabras que definen el estupendo trato al cliente, que como veréis en la serie de reseñas que estoy escribiendo sobre los sitios y restaurantes del Ampurdan, es norma común en toda la zona. Son gente amable y amigable, y una máxima que surgió al finalizar el viaje a esta zona: ES difícil comer mal en el Ampurdan, nosotros no lo experimentamos, a buen seguro. Bueno, y como última cualidad que nos agrado sobremanera, los precios son más que moderados. En fin, restaurante más que recomendable con todos los puntos fuertes que busca el viajero. Nos gustará volver si el destino lo quiere.