Uno de los mejores restaurantes que he visitado nunca, hacía tiempo que no me sorprendían tanto.
Al llegar al restaurante te encuentras con un antiguo molino de mareas con más de doscientos años de historia que tiene un bonito patio donde te dan la bienvenida con una copa de champán y los tres primeros bocados, estos ya te sumergen en el mundo marino del chef Ángel León.
Después, al entrar en el edifico principal, pasas par la cocina vista antes de entrar en el maravilloso salón donde disfrutas de un único menú degustación de 12 platos salados y 4 dulces. Todo el menú está hecho a base de productos que salen del mar, pescados, mariscos, crustáceos, plancton, algas, brotes, … una auténtica maravilla.
La carta de vinos también es increíble y el servicio excelente.
Las expectativas estaban elevadas pero la experiencia fue superior, nos encontrábamos embriagados pese a brindar con agua. Una experiencia culinaria difícil de describir, pero cerrando los ojos rememoro las sensaciones vividas y se me escapa una sonrisa. Una parada obligatoria para todos los paladares, te hace disfrutar y redescubrir la gastronomía local, “a su manera”. ¡Volveremos!
Comida increíble q solo puedes probar aquí, tomamos el menú de degustacion de 300€ sin maridaje y la verdad es que todo estaba increíble y cada plato sorprendía. No te quedas con hambre pero tampoco sales hinchado de comer.
El servicio increíble y el ambiente también, si te puedes dar el capricho merece la pena al menos una vez en la vida.
Miguel Angel Ramiro Roldan
+5
Elegimos Alevante para celebrar nuestro aniversario, ya que somos unos grandes admiradores de Angel Leon y de toda su propuesta gastronómica. Lo primero que nos llamo la atención fue su localización, apartado de todo, de repente ves en la puerta a los primeros componentes de su tripulación que te trasladan a través de las puertas a un lugar especial.
Los primeros bocados en esas estancias previas fueron interesantes. Como no destacar la tortita de camarones, sobre todo despues de ver esos mismos camarones nadando momentos antes, algo muy curioso, así como el flan, un tranpantojo perfecto. De ahi nos condujeron en una ruta a conocer el lugar donde se sita Alevante, entendimos que tan importante o casi como su chef. Fue entonces la única decepción del día, cuando se nos comento que desgraciadamente no estaba Angel. Lo tomamos como una señal de que deberiamos volver y seguimos adelante. Nos gusto mucho que, mientras te acercas a la mesa, puedes saludar y ver a todos los integrantes (su tripulación) del equipo de Angel Leon.
Una vez nos sentamos, nos entregaron la carta, realizada en un exquisito y precioso libro de ilustraciones. Nos encanto que fuera un regalo para nosotros, aunque ya tenia en mente pedirlo en cuanto lo abrí.
Los platos son distintos, sorprendentes, llenos de sabor y bueno, merecen probarse mas que leer solo su descripción. Quedamos encantados tanto por el trato, el menu y el maridaje. De esto último, me gustó tanto que le pedí al sumiller la lista de vinos, y me indicó que me la enviaria por mail, aunque, al no recibir nada, imagino que con el trasiego de los servicios se le haya olvidado.
Aun así, fue un día muy especial en un sitio precioso, que, cuando sube la marea, parece que te has trasladado a otro lugar sin darte cuenta.
Para repetir
Un equipo organizado a la perfección en un marco asombroso (restauración de un molino de mareas para transformarlo en lo que es hoy en día). No es fácil conseguir esa originalidad, creatividad y presentación artística, pero mucho más dificil es que cada bocado sea sabroso y que muchos de los platos dejen huella y queden en el recuerdo (raro de conseguir en menús de degustación con muchos platos).Todo servido con ritmo y coreografía, de forma muy agrabable y sin caer en lo recargado.
Un viaje por mil sabores y texturas desde las marismas hasta lo más profundo del mar.
Todo comienza con un recibimiento en la propia puerta del recinto de Aponiente (una muestra de cercanía como nunca antes había recibido ) para pasar a un salón para los aperitivos . Luego llega el paso a la sala, no sin antes conocer la historia del molino de mareas en que nos encontramos, y pasando por la zona de elaboración y cocina. Todo muy cercano sin perder en ningún momento la profesionalidad. Ya en sala es el turno de ese gran equipo de profesionales que te hacen disfrutar en cada momento y hacen que cada sabor y cada apuesta sean un éxito (algas, plantón, erizos, quisquillon, puntillas - las mejores que he comido nunca- , choco, atún , berberechos, caviar , corvina , … todo está ahí, pero como un juego para disfrutarlo al máximo. La sommelier nos cuidó con vinos de la tierra tremendos (pena que ese palo cortado de Lustau sea de una bota exclusiva y no se pueda comprar) . Nuestro viaje terminó casi a las cuatro horas de empezar, y se me paso sin darme cuenta. Un lugar muy especial
Precioso restaurante en el q vas a disfrutar no solo de unos platos novedosos y trabajados sino de un trato espectacular.
La zona en la q esta es extraña, al llegar dudas de q sea allí jajaj.
La cuenta es elevada, pero lo q sirven lo vale. Muy recomendable
José María Sánchez Marín
+5
Impresionante. La comida y las personas que te tratan con cariño y entrega. Detallistas. Celebrábamos nuestro 25 aniversario y nos trajeron un pastelito con una vela para celebrarlo. Un 10.
Realmente , es la catedral del mar.....
Explosión de sabores , colores,texturas y emplatados alucinantes.
Te sorprende principalmente cada bocado, por su sabor a mar; pero no se quedan atrás otros detalles como la coordinación del equipo de sala con la cocina, el ambiente distendido y relajado que se respira gracias a la profesionalidad de todos, el local, las múltiples vajillas.....
No hay nada negativo a excepción de ciertos detalles:
El precio del menú no es accesible para sueldos normales......probablemente todo el trabajo de "laboratorio" /imaginación para la creación de esas delicatessen, las más de 50 personas que hacen posible ese "milagro gastronómico" , el valor de la materia prima sublime que utilizan ,hay que pagarlo.....ahí estamos de acuerdo.
!!!!Estamos sin dudarlo, en unos de los mejores restaurantes del país!!!!!!
pero nos llamó muchísimo la atención que en un menú degustación con esos precios astronómicos para la mayoría de los mortales, tengas que pagar por el agua y por el café....es un poco ridículo sumarle a los 300€ del menú (sin maridaje) 3.5€ por un café y 3.5€ por el agua.
El precio de las copas de vino, son aceptables.
Y recordar llevar alguna prenda de abrigo pues el A/C suele estar demasiado fuerte.
Por desgracia, seguramente, no vuelva a ir.....me encantaría repetir pero tendría que subir de categoría profesional para volver a permitirme un lujo así.....
Pero quedará en nuestro recuerdo ,como el cumpleaños más sabroso de mi vida!!!!
Sólo una palabra lo define: ESPECTACULAR... Felicitar al maestro Ángel León, por su apuesta y sobretodo por su investigación en esos frutos del mar que sorprenden en cada bocado y el paladar se entusiasma. Y no deja de asombrar en cada uno de los platos. E igualmente felicitarle por el equipo tan especial, amable, atento y amigable que tiene.
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