Se trata de un antiguo mercado de abastos, reformado, con varios locales en su interior. Fuimos en diciembre, supongo que por eso estaba un poco solitario. Aun así, tiene una terraza amplia, donde puedes disfrutar del sol. El personal agradable, ofrecen recomendaciones. El precio acorde a la cantidad.
Pedimos patatas bravas, revuelto de gambas, cazón, wok de verduras... A destacar el tartar, estaba muy rico.
La única pega es que comimos platos individuales y aun así a mi hermana tardaron en servirla como 20 min, cuando todos habíamos comido tuvimos que esperar a que ella terminara.
Aun así, es un sitio agradable para disfrutar de la terraza, tomar unas cervezas y comer.
Buena comida, buenos precios y ambiente genial. Un sitio muy chulo la verdad.
El servicio es buenísimo, muy majos los camareros.
Espacio muy amplio, la decoración es muy bonita, buenísima la comida, y lo más importante es que cumple la distancia de seguridad entre mesa y mesa.😋
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