Un lugar en el que refrescarse y comer al borde del mar.
Sólo pidiendo unas cervezas nos pusieron un plato de langostinos como pincho y unos trozos de empanada.
Dispone de una explanada muy grande para aparcar.
Perfecto para comer un día junto al mar.
Buena cocina gallega.
Comida tradicional bien hecha. Servicio rápido. Una pena que se haya perdido parte de la parra este año para comer bajo ella. En cuanto se recupere volverá a ser de vicio comer fuera
Ramón Rodríguez Vázquez
+4
Sobre una pequeña playa/cala que nada tiene que envidiar a las de la Costa Brava salvo la temperatura del agua. Aunque el bar no tiene vistas, sí tiene muchos m² de mesas exteriores bajo carpa y bajo parra. Lo que nunca entendí es la ausencia de cualquier tipo de carta y tener que intentar recordar la retahíla de oferta( aunque aquí no es larga) y pedir que te repitan. Así como no saber qué precio tiene lo que te ofertan. Esta es la nota negativa que le pongo al Emigrante.
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