Cada vez que voy a Formentera intento ir a cenar alguna noche a este restaurante.
Solemos cenar carne, en la última ocasión pedimos unas chuletas de cordero y un entrecot con salsa a la pimienta.
Los camareros muy atentos y amables y para el postre te recomiendan que pruebes algo típico de allí.
La atención genial y el local con mucho encanto.
Buen sitio para comer es conveniente reservar, la subida hasta el restaurante es preciosa tiene un pinar con vistas a toda la isla. La comida muy buena los arroces y el calamar a la bruta. El servicio muy atento.
Es invierno. Llegas a Formentera y todo cerrado, pero.... hay alguien abierto que además es un sitio fantástico para comer.
Reservamos y lo que queríamos, un restaurante casero con comida excelente, trato muy cordial.
Comimos sugerencias de la isla los calamares a lo bruto (brutales, como no los habíamos comido nunca) y después bogavante con patatas fritas panaderas y huevo frito en su jugo. Espectacular, tampoco lo habíamos comido así. Terminamos con postres caseros típicos de la isla.
En resumen. Espectacular. Si vais a Formentera comer allí no os penara.
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