Estuve hace dos sábados con un grupo de familias y niños. Teníamos reserva para las 14:30 y preguntamos si podíamos adelantarlo por los peques. No hubo problema.
El camarero nos aconsejó en todo momento lo que podíamos pedir, cantidades... etc.
Trato excelente, comida buenísima. El precio es caro, pero lo merece por la calidad y la buena atención.
Es la segunda vez que voy y no será la última.
Lo recomiendo para ocasiones especiales.
Acceso con camino de tierra, un poco polvoriento en esta época.
Finca con buenas vistas, sobre todo las que dan al Escorial, y con animales para entretenimiento de los chiquillos.
Han debido de cambiar las reglas con respecto a los perros, porque nosotros llevábamos (antes preguntamos si se podía) y en otra mesa también estaban con perro.
La terraza es amplia y admite grupos grandes.
La pega es que aún con toldos hace bastante calor, y las sillas de plástico no contribuyen a aliviarlo, más bien al contrario.
Cuando te quieres levantar del asiento primero tienes que despegarte.
El servicio atento, la rapidez en la comida correcta y la cantidad en los platos más que suficiente.
Seguramente se esté más agradable por las tardes/noches.
Para llegar está un poco enrevesado y parte del camino con suelo de tierra.
Sería de agradecer la instalación de zonas con sombra para aparcar y de paso pueden aprovechar los tejados para instalar placas solares.
Es un lugar estupendo la comida de muy buena calidad pero últimamente han bajado muchísimo la cantidad de los platos he ido varias veces y siempre muy bien pero cada vez le quitan más a los platos por lo demás muy bien, la atención por parte de los empleados y es servicio facilitado de muy buena calidad
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