El sitio es acogedor. La chica que nos atendió muy amable. Lo que más nos gustó fue el ajoblanco y la tarta de la abuela, buenisimos los dos. El mixto de carnes a la brasa no cumplió nuestras espectativas: no muy abundante y de calidad normalita. Los huevos rotos con sobrasada los salvaron las patatas a lo pobre. Los precios un poquito elevados para lo que ofrecen; y con ello no me refiero a los del Groupon (que ya sabemos que son super reducidos), me refería a los que pedimos fuera del menú, es decir, de la carta, como la ensalada de tomate con aguacate y los huevos rotos (que se debería llamar huevo roto porque solo había uno).
Como ya he dicho, el ajoblanco y la tarta exquisitos, pero siento decir que del mixto de carnes a la brasa, por mucho que sean del afamado Noalejo, no nos terminaron de gustar, no estaban sabrosas (ni el chorizo, ni la morcilla, ni el beicon que estaba bastante pasado, ni la costilla poco hecha para mí gustó, ni el pollo algo insípido).
Situado aun poco menos de media hora de Granada en coche y muy cercano a la localidad de la Malahá, el restaurante Baño Frío, nos ofrece unas magnificas instalaciones para poder reponer fuerzas, tanto en su terraza con el sus bonitos salones decorados a la antigua usanza y donde se respira tranquilidad.
Su carta es amplía y siempre se nos planteara el problema de que no podemos comernos todos sus platos en un solo día, con lo que nos veremos obligados a volver, merece la pena.
Yo destacaría, sus torreznos, sus huevos revueltos con sobrasada, sus caracoles y como no sus carnes a la brasa.
Un restaurante acogedor. Almorzamos muy bien. La carne a la brasa estaba en su punto pero lo que realmente me gusto mucho fue un postre, el pudding de almendra. Muy rico. El camarero estuvo atento y fue muy amable. El ambiente, muy relajado.
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