Sitio bonito, buena comida y atención magnífica. Fuimos en grupo y la gestión de la reserva fue a través de Lucía, atenta, muy agradable y eficaz. Los camareros de diez, pendientes de todo al momento y muy profesionales. Gracias por vuestra atención, especialmente a Estefanía que soportó siempre con una sonrisa y gran simpatía todas nuestras peticiones. Y estuvimos desde las 14 a las 23 horas.
Local agradable y amplio, bien decorado. Las mesas que tienen bancos, sin lugar a dudas son las mejores del restaurante.
La comida, aceptable, tanto de sabor como de cantidad. Quizás destacaría que el precio es un poco elevado. Los postres, son directamente un atraco.
Al llegar, te sirven un caldo, a modo de “tapa”, junto a un cestillo de pan. El pan se cobra a 1,50 por persona, así que si no te interesa comer pan, es mejor que lo rechaces en el momento de servirlo junto al caldo.
El servicio trabaja bien, es amable y eficiente.
¿Recomendaría? Quizás volvería para ver música en directo, pero no para comer sin más.
Aún no he ido a comer, aunque he escuchado muy buenas opiniones. He estado tomando copas y me encanta. Lo que más me gusta es que tenga en la terraza mesas camilla con calentadores para poder estar sin problemas a fuera y de noche sobretodo se agradece, las copas grandes y buen servicios. Repetiré!
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