Una de las cosas importantes cuando viajas mucho es que haya pequeños "oasis" en los que sentirse como en casa. El camarero nos ha tratado genial, se nota que tiene ilusión por lo que hace ya que le hemos pedido un surtido de tapas para probar un poco de todo y nos las ha explicado con todo lujo de detalles.
Riquísimas! Hemos comido:
1) Croqueta de chorizo con compota de manzana; un contraste brutal.
2) Focaccia de humus de pimientos y huevo duro
3) Tosta de salmón, mostaza y pepinillos
4) Focaccia de lomo a la sal con rúcula y queso en pan de oliva negra
5) La estrella: Tortilla francesa doblada (muy tierna, por cierto) con tomate de Barbastro, mozzarela y pesto
Cerveza Alhambra y café Mocay, se nota que cuidan los detalles y que no van a lo barato, sino que cuidan al cliente.
Y lo mejor de todo: de fondo hay música rock clásica a un volumen muy agradable. Se escucha bien pero puedes mantener una conversación. Layla, Born to be Wild, Riders of the storm, Basket case...
Sinceramente, intentaremos pasar por aquí cada vez que vengamos por Huesca.
Todo riquísimo, llevamos yendo desde que abrieron; y tanto desayunos, comidas y cenas, hemos disfrutado muchísimo.
Además del personal que es súper atento y cercano, el lugar es acogedor y durante toda la mañana da el sol y se está muy a gusto ❤
Todo buenísimo ! Recomiendo el hummus y las bolas de queso ! Ñammmm. Los dueños son un encanto .
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