Sin duda un local para repetir. Primero tomamos una consumición antes de cenar en una buena terraza y con Judi (camarera) al mando, pedimos una sidra como no…en todo momento super atenta que estuviésemos cómodos. Pasamos para cenar, el local muy bonito y con una música maravillosa. Eramos tres personas y la carta era muy variada, por lo tanto nuestra pregunta fue que nos recomendaban comer allí y ahí estaba Judi nuestra camarera de mesa, cada vez que explicaba un plato nos conquistaba. Una auténtica profesional y buena en su trabajo. Al final cogimos una ensalada de langostinos con gulas que estaba riquísima( por decir algo y para mi gusto) le faltaba el tomate, pero eso no significa que no os la recomiende. Otro de los entrantes fueron el variado de 12 croquetas todas estaban buenas, la de boletus y en su tinta para mi las mejores. De segundo pedimos tacos de solomillo, picaña y chuletillas de cordero venían acompañadas de patatas y sus pimientos de piquillo, todo estaba en su punto. Con todo esto acompañamos la cena con un vino dulce dado que nos recomendó un buen Alvariño pero como gallegos que somos teníamos ganas de probar algo distinto, fue un peligro porque ese vino se bebía como el agua estaba riquísimo (Moscato). Por último los postres una variedad enorme y todo casero al final nos decantamos por tarta de la abuela, arroz con leche, tarta de chocolate blanco. No dudéis en probar sus platos porque nosotros intentaremos volver y probar su variedad de ensaladas, picoteos, mariscos y carnes.