El sitio me pareció encantador tanto por la situación, mirando al mar como por la decoración. El personal muy agradable y atento. La comida muy rica y con un toque mediterráneo/oriental muy original y sabroso. Sí debo señalar que tenía todo un punto de sal que, a mí, que me gusta comer más bien soso, me resultaba al final un poco excesivo. Pero lo que nos impidió disfrutar más de la comida fue el excesivo calor; opino que la inversión en algún ventilador de techo se hace imperiosa. Precio en sintonía con el de otros restaurantes de la zona.
¡Todo de diez!
El trato de los camareros, la decoración del lugar y sobre todo la comida.
Todo riquísimo, empezando por los entrantes, destacar las croquetas(riquísimas), pasando por los platos, ya sea carne o pescado(enamorada del rodaballo) lo hicieron espectacular y terminando por unos postres buenísimos.
No irse sin pedirse una jarra de sangría, ¡QUEE RICA!!
¡Seguro que volveremos!
Fuimos a cenar nuestro primer día en Jávea, pedimos Pan con alioli, Croqueta de txuleta de vaca, Medallón de rabo de toro, Tosta de brioche con escalopa de foie, y Arroz con pluma ibérica de bellota, setas y foie.
La comida de 10, presentación perfecta y un sabor excepcional que en ocasiones es totalmente inesperado. Destacar el increíble sabor de la tosta con foie.
En cuanto al personal, fue muy atento y amable.
El único "pero" que le podemos sacar es que en la carta el precio del arroz no pone que sea por persona y pensábamos que era del plato en general.
La experiencia merece completamente la pena.
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