Un sitio muy acogedor de Laxe con vistas al mar donde se come bastante bien. Tienen varios menús con varios platos que están muy bien elaborados y el producto es de calidad. Las almejas y el pulpo a la brasa están muy bien y el pescado es bastante fresco. Tiene varias zonas de comedor y la decoración rústica y de piedra llama la atención. Sin lugar a dudas, un sitio recomendable, si volvemos repetiremos.
Estaban todos los restaurantes llenos. Llegamos a este sitio ya sin esperanzas. Preguntamos si hay sitio y, sin dudarlo, nos dicen que tienen solo una mesa redonda de 8 plazas, éramos 4. Nos quedamos allí y no nos arrepentimos. La comida, de fábula. El trato, exquisito e informal. Y de remate, el postre, un flan de huevo y queso que me hicieron saltar las lágrimas de lo bueno que estaba. Increíble. También he de decir que es el sitio más caro, no mucho más, de los que estado estas vacaciones pero no me arrepiento para nada.
El tiempo entre plato y plato ha sido perfecto y con la atención justa y necesaria. (Lo cual agradezco) hemos comido 2 entrantes y marisco especial de la casa. El sabor y frescura del marisco ha sido optimo. Los postres son para mi gusto muy abundantes pero rico de sabor. No es un local barato pero valió la pena cada euro.
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