Los camareros fueron atentos, profesionales y muy amables. Hay personas que parecen ir a los sitios solo para engullir sin importarles el trato humano, sin embargo, para los que, como a mí, gusten de un trato personal, en este restaurante la amabilidad representa la mitad de la experiencia culinaria. El menú estupendo aunque en cantidades un poco justas pues aún sin ser de diseño cierto es que los platos se presentaban cuidados y con ciertas salsas que los enriquecían. El precio final unos 40€, dos personas, subió un poco, pero es que pedimos dos suplementos en el segundo. El lugar queda en pleno centro de Lleida muy cerca de la Seu y del río Segre y aunque el restaurante pertenece al hotel anexo, cualquier persona puede reservar en él. Si volvemos por Lleida repetiremos sin duda alguna.
CARLOS ROCASPANA OBIOLS
+4
Local grande y bien distribuido.
Pertenece al Hotel Real ⭐⭐⭐, pero lo tiene cedido en concesión a una empresa de restauración.
La calidad del servicio es buena y son amables con los clientes.
Trato familiar y un buen servicio y calidad en la comida
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