Realmente recomendable. Pedimos unos totopos con guacamole, casero todo y preparado en mesa; dos hamburguesas buenísimas, acompañadas con patatas y una tarta de queso que estaba de escándalo 😍. Además de eso, el trato fue genial, siempre con una sonrisa y tuvieron el detalle de cambiarnos una parte del pedido que no sabíamos contenía comida a la que teníamos intolerancia y no nos fijamos en la carta 🙏🏼🙏🏼
Teníamos la reserva a las 15 y nos pasaron a las 15:20, a las 15:26 nos tomaron la nota, avisándonos que ya no quedaban 5 platos y que estaríamos seguros de si era buena cantidad de comida la que pedimos porque a las 15:30 cerraban la cocina. Nos insistieron en pedir más cantidad y menos mal que no lo hicimos porque quedamos muy llenos…
Uno de los platos que pedimos no les quedaban huevas y nos lo cambiaron por trufa. No dieron café ninguno de los comensales de la sala porque ya habían limpiado la cafetera.
Doy cuatro estrellas porque la comida siempre esta muy buena, el servicio malillo y hacen mucha parafernalia para preparar los platos, para mi gusto sobra y quedaría mejor que los sacasen terminados.
Muy buen lugar para comerse unas hamburguesas con los amigos y un buen guacamole que lo hacen al momento en la mesa. Y la guinda del pastel, las tartas de queso, increíbles. No podéis iros sin probar la tarta de queso Idiazabal. De precio ronda los 15-20€ por cabeza. Volveremos.
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