Entramos en este lugar de casualidad.
Según llegamos tardaron en darnos mesa lo que tardamos en tomar una caña larga. Tenían una mesa libre y había venido un grupo muy grande que les tenía un poco descontrolado.
Nos atendieron con mucha amabilidad y nos indicaron que todos los productos son frescos. Aparentemente los platos elaborados a partir de cerdo son su especialidad.
En este caso pedimos fuera de carta costillas de cerdo cocinados a baja temperatura pero de los 4 a dos no nos entusiasmó. Mucho mejor la pluma.
De postre pedimos un creme brule hecho con bailys que estaba rico pero quizás le faltaba un poco de frío. Aquí solamente opino yo esto ya que al resto no le pusieron pega.
Volveremos.
Lugar de tapas diferentes a las típicas marineras y tortillas. Bien elaboradas, de precio medio
Gran descubrimiento, carta pequeña pero llena de sabor, nos ha sorprendido gratamente.
No puedes ir sin probar el pato confitado en pasta brie, y los champiñones al Pedro Ximénez con guindilla.
Las camareras y el servicio fantásticos!!
Un lugar para visitar cada verano.
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