Hemos ido en varias ocasiones y este sitio es una maravilla. El servicio desde el principio es muy profesional, atento y rápido.
Tiene zona de terraza y un salón interior muy bien decorado (aunque tiene una acústica que monta algo de ruido en cuanto hay varías mesas).
Nosotros pedimos:
Ensaladilla
Pan Bao de pollo con curry y huevos de codorniz.
Ensalada con queso de zuheros y miel.
Empanadillas.
Flamenquin
Pluma ibérica
Solomillo con salsa de Quesos.
De postre:
Tarta de queso de cabras
Tarta Sacher
Maceta de crema chocolate blanco y oreo.
Lo más top de todo:El pan Bao, la ensaladilla y las empanadillas, aunque todo está muy bueno ( quitando un poco el solomillo con salsa de queso, que quedó algo seco...)
El olivo es una parada obligatoria siempre que viajo a mi tierra. Alta cocina de la mano de una familia encantadora. La carta diría que es para probarla entera, pero si me decanto por algo, es por el steak tartar y las alcachofas. Kisko, como chef del restaurante, deja su pasión por la cocina en cada plato y lo notas en cada bocado. Gracias siempre!!
Cuando entras al bar no te esperas un restaurante así, muy cuidado, con una carta diferente, y que apetece probar todos los platos. No tienen menú del día pero la carta es muy recomendable. Tienen cosas más modernas pero también clásicas.
Pedimos a compartir los baos de pollo, las empanadillas de cecina, el falso risotto y las alcachofas y todo muy rico, para rematar la tarta de queso de cabra... buenísima. Salimos a algo más de 25€ por persona.
Fuimos sin reserva a comer pronto y tuvimos sitio pero mejor reservar porque se llenó enseguida.
Una grata sorpresa en Luque.
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