Local pequeño y muy acogedor. Se puede disfrutar de un variado surtido de productos de bollería y pastelería, elaborados en el mismo obrador. Dulces excelentes y muy ricos.
La atención muy agradable.
Salí hablando francés mientras el dulce de leche y el coco de un delicioso lingote se licuaba en mis venas. El único inconveniente puede ser que tengas que esperar ya que solo hay cuatro mesas, yo aproveché para mirar a mi amado a los ojos y decirle te quiero mientras las primeras gotas de una delicadísima lluvia del recién estrenado otoño acariciaban su cara y encubrían sus lágrimas. Así que bien.
Cafetería con obrador propio en la que elaboran postres artesanales siguiendo recetas francesas o americanas.
Según he leído su nombre proviene de antiguos familiares que fundaron la pastelería H. Motteau en la Bretaña francesa en el siglo XIX, siguiendo su mismo espíritu se fundó esta en la calle San Pedro en el barrio de Las Letras.
Es una delicia estar tomándote algo en un edificio tan antiguo mientras ves el obrador, se está muy agradable.
El canalé con un sabor avainillado muy rico y el café un buen arábica.
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