Fantástica cena en un entorno muy acogedor
Increíble experiencia!! Ha sido todo un descubrimiento, lleva solo dos meses abierto, es una antigua carbonera del 1900, la entrada es a través de una preciosa bodega en la que puedes tomar una copa con una gran selección de vinos de madrid, Dario el sommelier nos ha tratado fenomenal, nos recomendó un champán espectacular a muy buen precio, desde la bodega se accede a una planta más abajo llena de encanto en forma de bóveda forradas con ladrillo, la decoración estaba cuidada hasta el último detalle, el servicio fue perfecto, tanto en los tiempos como en el trato, Lourdes la chef salió a tomarnos nota, cosa que es de agradecer, es encantadora y su cocina nos ha encantado, se nota su gran formacion, recomiendo las trilogías de sardinas, la flor de calabacín y sobre todo la costilla de vaca hecha a baja temperatura, la patata que le acompaña es de llorar, nunca había probado nada igual, en resumen se ha convertido para mi en una referencia en la alta gastronomía de Madrid, repetiré seguro y espero que muy pronto
Un lugar curioso. Una muy buena bodega y tienda de vinos, un garito en unas antiguas carboneras que merece la pena conocer, muy bien montado, una comida buena, un servicio excelente y una gran bodega. Un poquito caro, pero se equivocaron en la cuenta y tuvieron el detalle de invitarnos a la última copa. Lo gestionan con cabeza.
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