Ideal para una cena intima con encanto o una reunion tranquila con amigos. El lugar es pequeño y está atendido con todo el cariño. El tataqui de atún es muy rico. Tienen vinos ricos a diferentes precios. La calidad de los productos es muy buena y el resultado de la elaboración no decepciona. El precio es medio, merece la pena pasarse por allí y disfrutar de una cena con aire íntimo.
Destaca por la decoración. Es un lugar muy agradable que nos transporta a un pequeño rinconcito de París en la mismísima calle Barco. La comida tampoco está nada mal. No es de lo más barato del barrio, pero la calidad es buena. En general, buena relación calidad/precio.
Este "bistrot" de la calle Barco entra en el circuito de los restaurantes Franceses con encanto de la capital. Servicio amable y dispuesto, decoración sencilla y cautivadora . Gran calidad en la carta de vinos y comida de calidad sin descuidar el bolsillo y recomendado para pasar una buena tarde
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