Entramos por casualidad pues los restaurantes/bares de alrededor estaban llenos y, aunque por fuera no tiene el mejor aspecto, tras comer allí volvería sin duda.
El menú nos salió por 18€/persona, era un festivo. Probamos el salmorejo y la ensalada de queso de cabra como primer plato y entrecot y bacalao de segundo. De postre flan casero. Todo muy rico.
En la carta no tienen mucha variedad, pero realmente vale la pena comer allí, no quedan muchos sitios así.
Comimos el menú diario de miércoles que incluía cocido madrileño completo y por 12,7 euros que vale el menu con postre y bebida incluida poco más se puede pedir, abundante y de buena calidad. Los demás primeros también estaban muy bien, especialmente el pisto.
Lugar céntrico. Lo bueno... la rapidez. En cuanto pueden te sientan y te atienden. En el menú, poca elección y sencillo; a cambio, buena calidad y precio razonable. Yendo con prisas y cuando en los aledaños nos tocaba esperar de media hora en adelante, fue llegar, sentarnos y comer. Vale la pena
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