Diría que es un bar grande con bastantes mesas para comer (unos 34 asientos, a ojo), especializado en comida filipina. Mi pareja y yo éramos los únicos que no éramos filipinos, lo que nos dió garantía sobre la autenticidad de la comida que íbamos a probar.
Con respecto a la comida, pedimos 1 menú (ensalada de berenjena, carne mixta con arroz y bebida), unos rollitos muy ricos en los que casi todo el relleno era carne, 1 sopa de pescado (con una lubina entera incluida y verduras), 2 bebidas adicionales y 2 trozos de tarta de taro por 31 euros en total.
Está claro que no aspiran a una estrella Michelín, pero si te apetece probar una gastronomía diferente por muy poco dinero este puede ser un buen lugar.
Comida típica filipina, precio asequible y buen servicio. Mejorable en cuanto a limpieza
Bar restaurante de gastronomía filipina, totalmente recomendable si quieres probar algo diferente, comida casera y de muy buena calidad.
A parte tienen comida para llevar y una gran variedad de dulces típicos filipinos.
Económico con calidad y cantidad.
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