Cenamos un día entresemana y no había mucha gente, por lo que nos atendieron amablemente y rápido. No es un sitio que destaque por la cantidad de sus raciones, pero sí por su calidad y su toque argentino en cada plato.
La entraña estaba muy tierna y jugosa, de las mejores carnes que se pueden comer por la zona, aunque eché en falta la guarnición habitual de patatas fritas para que el plato hubiera sido perfecto.
La chocotarta, muy similar a la tradicional tarta de la abuela, pero con dulce de leche, fue el broche final perfecto para la cena.
Repetiremos pronto para degustar otros platos.
Es la primera vez que fui (éramos 4 personas), época de verano, y nada más entrar todo es muy moderno, cómodo a la hora de sentarse y acondicionado para no pasar nada de calor. Ventiladores y pulverizadores de agua para estar fresquitos.
La atención de los camareros fue muy buena, todo bien explicado y muy agradable.
La comida bastante buena, donde cené muy bien.
Es un lugar donde se está muy tranquilo, recomendable para ir varias personas y/o en pareja. Suele haber sitio para aparcar bien, aunque también supongo que como todo, dependiendo de las fechas y el día que vayas.
Recomiendo al 100% este restaurante al cual seguramente repitamos volver.
El servicio muy atento y amable, David fue muy amable durante todo el servicio, las mesas de 2 son un poco pequeñas y añadió un espacio extra con un taburete alto que hizo de mesa auxiliar para el pan y las bebidas. Los cortes de carne están muy bien y la carne es estupenda y la cocinan al punto deseado, los huevos rotos con entrañá son excepcionales. La única pega es el precio del vino que es más elevado que en otros establecimientos.
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