Me encantó, me pareció que estaba todo buenísimo. Muchísimo sabor y calidad. El servicio, un encanto, super atentos y pendientes. El tartar de wagyu me pareció increíble y la picaña pura mantequilla, merece la pena probarla cruda.
Pedimos el tartar de wagyu, la croqueta, las gyozas, los noodles y la picaña, absolutamente todo un acierto. Con vino salimos a 50€ por persona.
Experiencia recomendada para los amantes de la carne. Fue la primera vez que probé wagyu y me encantó.
Primero decir que el trato de todo el personal fue excelente, muy amables y atentos.
En cuanto a los entrantes, tanto la sopa miso como el korokke están riquísimos. Después pedí dos cortes diferentes, entraña y aguja. La calidad de la carne y su sabor son una locura, y solo necesitas unos segundos por cada lado para conseguir el punto perfecto. De ambos cortes me quedaría con la aguja, que es como comer mantequilla y con un poquito de sal ya queda insuperable.
Antes de marcharme me ofrecieron un chupito de licor de ciruela y me encantó, muy suave y dulce. Muy recomendable si queréis probar algo que no sea sake.
Todo un 10. Trabajadores muy educados y explicando cada plato. Nosotros pedimos el menú degustación Nara y nos encantó. Los entrantes buenísimos, a destacar WAGYU YAKISOBA, los mejores tallarines que hemos comido con diferencia. La carne una pasada, te ponen la sal exacta a cada corte y te recomiendan los tiempos de cocción. A parte te dan más sal y salsas por si quieres añadírselo. Los postres buenísimos en nuestro caso no había uno de los del menú y nos dejaron coger cualquier otro.
Volveremos a probar el menú degustación del Kobe
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