Emilio José Coco Prieto
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De camino al pueblo, hemos parado para almorzar. Y... ¡sorpresa!
Almuerzo de los de antes.
Pan de toda la vida (no las baguette congeladas y hechas al momento)
Panceta, chistorra, chorizo, patatas panadera
Te echas lo que te apetezca. El camarero te corta el bocadillo todo lo largo que quieras, y te lo rellenas de lo que quieras. Todo hecho a la brasa, aparte tiene los bocadillos típicos de jamón, atún...
Volveremos, seguro.
IMPORTANTE: preguntar antes los precios de cada cosa.
Hace 2 meses que paré aquí con mi familia para desayunar y a día de hoy todavía recuerdo vívidamente el bocadillo de panceta que me comí. El dueño del bar me cortó un trozo de pan por la mitad y me ofreció las pinzas para que me sirviera yo mismo lo que quisiera poner dentro. Jamás en mi vida había probado una panceta tan suculenta. Junto con el pan crearon una explosión de sabores que se deshacían en la boca y te transportaban a otra dimensión. Simplemente, gracias por este momento que jamás olvidaré (olvidaremos, porque la impresión de toda mi familia fue exactamente la misma).
Excelente comida casera a base de platos combinados.
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