Lugar fijo donde almorzar cada vez que vamos a Matalascañas o nos alojamos en el flamero. Chiringuito a pie de plata, carta variada aunque siempre tiene bastante gente. Tienes que coger número para que te den mesa, no suelen tardar mucho pero depende del día. Puedes pedir la comida para llevar. El plato de cualquier pescado frito es bastante abundante.
Apenas eran las 9 de la mañana de un sábado y día el primer sitio que encontré abierto, la atención por parte del personal fue excelente, me pedí un café con leche y unas tostadas de tomate con aceite, aunque el tomate era de bote, se les puede perdonar por las excelentes vistas que tiene el lugar, la atención recibida y el ambiente que hay, música tranquila a un volumen muy adecuado y de fondo el sonido del mar.
Teresa Andreu Gonzalez
+5
El trato excelente, la camarera muy simpática Laura, la comida es de muy buena calidad,las gambas de Huelva y muy fresquita, el precio es a razón del producto, las vistas al mar para relajarse, un sitio espectacular, lo recomiendo muchísimo
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