Estuvimos buscando un buen restaurante de carne a la brasa en la zona y las reseñas nos llevaron aquí. La decoración bien detallada. Llegamos a las 20:00h y nos comentaron que hasta las 20:30h no podían preparar la comida pero que podíamos picar algo frío. Por recomendación probamos la ensaladilla de marisco,muy rica. De entrantes pedimos croquetones de gamba,jamón,boletus y chipirón. Vaya contraste de sabores!!! Nos encantaron. Pudimos seleccionar entre varios tipos de carne previa vista en la nevera,seleccionadas con cariño(se notaba) y elegimos la de rubia gallega,el propietario nos preparó el corte delante de nosotros dos. Nos dijo que lo prepararía a fuego lento y que tardaría un ratito a lo que nos ofrecieron un salmorejo con mojama y escamas de queso,riquísimo,y eso que no me suele agradar el salmorejo. Al rato llegó el corte de carne de 1,2kg(en frío) preparado a fuego lento y con muy buena impresión. El sabor de la carne inmejorable,muy tierna. Nos ofrecieron una piedra a la cual aceptamos solo para darle un toque de calor a los cortes ya que al ser dos se nos enfriaba un poco. De postre probamos la tarta de queso al horno y bastaba ver el color amarillento para apreciar la calidad de los huevos y de mejor sabor. Estuvimos dos horas dentro y no cambiaría ni un minuto de ellos ya que,si quieres comer bien y disfrutar,lo mejor es ir tranquilo. De precio todo acorde con la calidad. Todo nos salió por unos 106€. El trato, tanto del personal,como del propietario muy cercanos en todo momento y con mucha amabilidad. Si volvemos por la zona algún día (Mallorca no está tan lejos) ¡¡repetiremos encantados!! Gracias