Muy buena comida de productos de la zona: empanadas , calamares y pescados variados. Nosotros pedimos unas sardinas con patatas que estaban especialmente ricas y lo mejor fue la caldereta de rodaballo con bogavante y mariscos, deliciosa.
El sitio es bastante grande y cuenta además con una a amplia terraza con unas estupendas vistas, pero tuvimos que comer dentro porque ese día estaba lloviendo, una lástima.
Si le tengo que poner un pero es la espera, hicimos la reserva y aún así tuvimos que esperar al menos media hora, pero también es cierto que fuimos avisados por la propietaria de que la hora podría ser orientativa. Aparte de la deliciosa comida cabe destacar la excelente atención del personal, muy amable y profesional: es una empresa familiar y éso se nota , hablamos con la cocinera que nos orientó sobre los platos, un encanto
En todo ese tiempo de espera pudimos recorrer el pequeño puerto pesquero que bien merece una visita.
Situado en un sitio privilegiado, en primera línea de la Playa de Estaca de Bares. Además, está poco masificado en general.
Tiene terraza que da a la playa y otra más fresquita que da a la parte trasera.
La atención buena y amable, con servicio rápido (pero reservamos con antelación)
Lo mejor la paella, que pedimos para 2 personas y éramos 3. Ración suficiente para quedar estupendamente, con almejas, cigalas, vieiras y un buenísimo arroz ligeramente caldoso.
Los precios bastante asequibles (la ración de paella por persona unos 20€)
Para repetir sin duda!
Llegamos a comer a las 16:30 de un domingo con nuestro perrito y nos atendieron rápido y muy amables, pedimos un trozo de empanada, zamburiñas, navajas y pulpo, con un par de postres…la calidad precio bastante buena, las zamburiñas y las navajas lo mejor de todo, estaban muy ricas! El pulpo un poco pasado (demasiado cocido) pero rico y quizás por la hora no venía en su tablilla de madera, la tarta de almendras casera para terminar estaba deliciosa.
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