Fuimos a comer unas pizzas y pedimos unas patata mientras salían. Las patatas estaban riquísimas, caseras como las hace mi Suegra. Luego sacaron las pizzas medianas que son bastante grandes (la gente las suele pedir para compartir, por lo que vimos) y cuando sacaron la mía, que era tamaño pequeño, vimos que era bastante grande también.
Aunque me la terminé porque estaba buenísima, hacía tiempo que no comía una pizz atan buena, la masa crujiente i bien llena de ingredientes.
Nos sentamos en la terraza porque se setaba mejor que dentro, que hacía mucho calor, pero es un ambiente bastante "rural". Los camareros jóvenes, muy simpáticos, aunque tenían bastante trabajo.
Clientes tranquilos, camarero simpático.
Ensalada de la casa más que aceptable, bravas buenas y unas muy buenas pizzas, se nota la masa casera e ingredientes frescos... Sin lugar a dudas volveré.
He ido a cenar y la comida estubo bien la en salada rusa y Las pizzas super recomendadas todo fresco y caliente, El servicio estubo tosco, Y El lugar bien no habia mucha Gente Asi qué estubo rapido todo
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