Fuimos a comer mi pareja y yo por recomendaciones, puesto que mi pareja es chef y nos gusta viajar y probar cocinas de todo tipo y lugares.
Realmente quedamos muy satisfechos.
Un lugar precioso y tranquilo para visitar.
La calidad del servicio impecable.
En cuanto a la comida, todo muy rico, por profesionalidad, mi pareja le añadiría algunos matizes a algun plato, pero en general, para repetir.
Todavía uno se sorprende en restaurantes como el tossal gros con una carta de platos variados de cocina de producto y mano para prepararlos. Producto impecable y personal amable y profesional. Langostinos de la rapita, pato azul del delta con guisantes negros, las croquetas, tuétano o las alcachofas con cigalas. Vinos del propio caller y para acabar café irlandés. Punto débil la señalización del lugar, pero si lo encuentras, comer allí será una premio merecido.
Una experiencia espectacular. Cada plato un manjar, una cocina muy muy cuidada y con mucho mimo. Un trato espectacular por parte de Pol y Jordi que te explican cada plato y lo terminan en la mesa con todo detalle. El precio muy razonable para la calidad que ofrecen. El entorno y la masía con mucho encanto. Repetiremos en breve.
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